Fin de semana en la Comarca

Bueno, pues aqui estoy dispuesto a currarme un pequeño resumen de lo que fue este fin de semana pasado cuando subimos hasta Mordor a visitar a Nacho en su campamento infantil neocristiano.
El caso es que partimos hacia el Pirineo el viernes por la tarde, con retraso, una mítica compra absurda en el Caprabo y el infinito lastre de Juan Carlos a cuestas, en contraste con Javi, muy contento por no tener que tabajar el fin de semana y poder ejercer de dominguero con absoluta libertad. Como era de esperar el viaje se hizo llevadero gracias a la gordura de la compra y la generación de nuevos motes(*). Una vez alli Javi se curró el montaje de la tienda mientras los demás nos hooorrorizábamos y Cristina venía a recibirnos desnuda y con una toalla. Cuando Nacho terminó de rezar con los niños, vino a hacernos caso y a traernos unas sobras para cenar. Después de esto no recuerdo muy bien que hicimos, creo que hacía frío, la tienda se hizo impracticable, hubo miles de hooorrorosos y Antonio les dijo a los niños si se querían drogar.
El sábado después de levantarnos y hacer el cancer por el campamento, donde los niños nos tenían miedo porque se creían que éramos okupas y drogadictos (en cierto modo tenían razón), nos dio por hacer el montañero y subimos al Monte del Destino todo crecidos a destruir el anillo de Nacho y bañarnos en el ibón d'Acherito. La subida fue un dolor de no sé cuantas horas, solamente alividao por esporádicos escándalos, que aumentaban de forma lineal según ascendíamos la montaña y se enturbiaba nuestra visión. Una vez arriba baño en el agua bajo cero, comida de gordos y siesta con batido, un lujazo maños. No obstante las quemaduras solares en todo nuestro cuerpo nos hicieron regresar al campamento y allí nos bajamos a bañar a las pozas con las mozas y echamos la tarde en el bar todo Torrentes. Luego ya por la noche nos pusimos finos y bajamos al pueblo de Echo a cenar, a estar a la fresca y a sacar a las chatis a bailar. Después de eso supongo que más de lo mismo, tienda insalubre, hooorrorosos y escandalice.
El domingo ya completamente devoraos fuimos por la mañana a ver una cueva que había en la Comarca, de esas que tienes que arrastrarte y andar encogido, donde se volvió a poner de manifiesto mi ya conocido miedo a la oscuridad. A mediodía Nacho nos echó de su campamento con el juramento de no volver a invitarnos nunca más y vagabundeamos hasta Echo, donde nos bañamos en las pozas y comimos lo poco que teníamos, que era básicamente la merienda de Roberto Carlos (cacahuetes y cosas así). Ya por la tarde visitamos Ansó (no me apetece escribir demasiado ahora, pero el pueblo es bonito y eso) y luego llegamos a Zaragoza donde nos fuimos cada uno a nuestra casa con el deseo de perdernos de vista por unos dias. Fin :)



(*)Actualización de motes:
Javi: Domingo o dominguero
Antonio: Dueñas o peinado perales
Juanca: Fergusman
Yo: Ochentero, flashdance, dirty dancing...