el rincon del flaco

miércoles, enero 25, 2006

Los astros del velocipedo (Homenaje II)

Después de darme un gustazo tiempo atrás acerca de uno de los genios del futbol como es Ailton (Homenaje I), hoy le ha tocado el turno a esos genios de la bicicleta, incomprendidos por su estética, gandulez o nombre gracioso en la década que les tocó vivir, los complicados años noventa.

Sin ir mas lejos uno de los grandes desterrados al grueso del pelotón fue el colombiano Cacaito Rodriguez, a quien los comentaristas jamás consiguieron tomar en serio, pero admirado por llevar con orgullo semejante mote. Luego estaban los fenómenos que tenían que ir jodidos todo el Tour de Francia llevando el maillotsinimportancia. He aquí a Tony Rominger con sus orejas gigantes, portador del cachondo maillot de topos al más montañero, como Jalabert, ese francés viejuno que hablaba el castellano como si lo hubieran parido aqui (comentario Lipúzcoa), que siempre llevaba uno de color verde por ser el más regulero. También estaba Eugini Berzin, que no hizo nada importante, pero su apellido recuerda a una coliflor pequeñita. No me olvido tampoco de la eterna promesa española Abraham Olano. Era un paquete, pero a mi me hacia gracia porque le tenían como el sucesor de Indurain.

Y ya para acabar, que tampoco me acuerdo de más artistas, el más entrañable de todos Alex Zülle, el ciclista más pupas de todos, el amigo de los niños, el marquis por excelencia que siempre te alegraba la hora de la siesta cuando ganaba, ese que tenía mayor grosor que diámetro de cristal de gafa que le hizo ser un incomprendido en los 90, por llevar gafas de montura pequeñita cuando era la década de las gafas gigantes de cristal de pera modelo Luisfer, o Michael Knight, que mi napia reconozco soportó en su momento.

lunes, enero 02, 2006

Nochevieja tontuna

Se podría resumir la nochevieja de este año como un chiste de esos que se abre el telón, pero dejaré a un lado las coñas extremadamente locales para decir que fue de los mejores desfases de los últimos tiempos.
Después de una tarde de play en casa de Gerardo como en los viejos tiempos, con jalada absoluta de una de esas latas azules de galletas danesas, cena familiar con múltipes idioteces y uvas con Batman García y Anne Igartiburu (obligado el link), que gracias a mi primo el mafias se me salieron por las napias de la risa y comí las 13 que me puso el fenómeno.

Luego ya a la aventura sin cotillón, pasando casi toda la noche en el Tibet, con cubatas tontorrones, idioteces y motes, luchadores mexicanos, bailes eróticos entre nosotros para el desagrado de las camareras, intento de ligar megacaspas, y en medio de este Serengueti, la recena destructiva que puso ese especial brillo en los ojos a Antonioli. Después de eso, comenzó el auténtico festival de chistes. Es posible que contáramos en torno a 100 de los de se abre el telón, adaptando nombres de películas a nuestros motes. Como ejemplo Gerardo/Quiero ser como Beckham, Nacho/Demolition Man, Antonio/Scooby Doo, y otros títulos que mejor dejarlos en la censura. Con el pedo tan poco sucio que llevábamos, lejos de calimotxo, cerveza y garrafones, fuimos a tantear a otros bares como el de al lado o la concordia, de donde solo conseguimos aportes energéticos en forma de tortilla de patatas.

Finalmente, acabamos la noche en el Fergus tiradísimos, con Shaggy destruido, pero aún motivados para seguir liándola, con Quentin y los demás. Con la tontería decidimos irnos ya a casa para no tener que seguir pensando, descubriendo que ya era de día y más de un buen señor salía a pasear con el ABC debajo del brazo.
En resumen, fué una nochevieja bastante bolinga, aunque sesumible en un chiste:

Se abre el telón y aparece..., bueno, no aparecemos ninguno de nosotros, cómo se titula la película?